Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://deannanhxs576398.blogs-service.com/69498434/la-expulsión-más-recordada-zidane-2006